YACHTSMAN ÉRIC PÉRON BECOMES ONE OF ALPINA’S AMBASSADORS

EL NAVEGANTE ÉRIC PÉRON SE CONVIERTE EN EMBAJADOR DE ALPINA

Alpina, cronometrador oficial del ARKEA ULTIM CHALLENGE – Brest, da la bienvenida al regatista bretón Éric Péron, que será su embajador hasta 2027. El patrón de alto nivel ha participado en las regatas más importantes, solo o con tripulación, en Francia y en todo el mundo, en los circuitos olímpicos y de regatas oceánicas. Alpina y Éric Péron cultivan la pasión por la naturaleza, el gusto por los desafíos y la aventura humana. Rigor y técnica son las claves de su éxito en el mar, dos valores sobre los que Alpina ha construido el reloj deportivo moderno. Juntos lucharán por cada segundo de las próximas competiciones.

“Saber gestionar situaciones complicadas, extremas y peligrosas solo”. Éric Péron no tiene otras palabras para describir su disciplina como navegante profesional. Una postura que denota una mentalidad de acero, basada en una larga experiencia y en un equipamiento fiable y eficiente: su barco, por supuesto, pero no sólo eso. Está al servicio de una carrera contrarreloj y es por ella, y con ella, que lucha Éric Péron. El reloj y su precisión guían cada acción, cada decisión.

Dada su pasión por los extremos y su gusto por los desafíos, Alpina ha elegido incorporar en su equipo de embajadores al campeón. Como toda travesía oceánica basada en un “equipo”, acompañar a un atleta como él es también una aventura humana con la que se Alpina se identifica: la casa fue creada por alpinistas para quienes el espíritu de la cordada y la solidaridad son valores esenciales.

Fundada en 1883, Alpina sentó las bases del reloj deportivo moderno: a prueba de golpes, antimagnético, resistente al agua y de acero inoxidable. Cuatro características esenciales ante los océanos, la omnipresencia del agua, su corrosión y los golpes permanentes que debe soportar un reloj en la muñeca de un patrón que navega en solitario. Alpina tiene muchos años de experiencia en este ámbito. Sus primeros relojes para el entorno marino nacieron en los años 1960. Actualmente, la colección Seastrong todavía está disponible para los amantes de las piezas para el mar abierto.

Precisamente por esta experiencia Éric Péron eligió Alpina. El compromiso de la empresa relojera de desarrollar relojes cada vez más fiables, robustos y precisos es un patrimonio con el que hoy puede contar plenamente. Durante los últimos 60 años, los monocascos y multicascos, al igual que los relojes, han experimentado enormes avances. Éric Péron los hará trabajar juntos para batir nuevos récords.

“Me apasiona el aire libre: el mar, mi terreno de juego, es uno de ellos; la montaña, tierra de Alpina, también. Este acercamiento a Alpina es perfectamente natural, me encanta su espíritu pionero, aventurero e innovador. Es notable la forma en que Alpina ha transferido sus valores fundamentales en sus productos, estoy totalmente de acuerdo con este espíritu. Me siento muy orgulloso de unirme al equipo de atletas Alpina que viven para alcanzar las cimas”, confiesa Éric Péron.

“Me gusta el desafío que puede suponer maniobrar un barco solo”, continúa. Para afrontar este desafío, este francés del distrito de Quimper necesita poder contar con una sólida colaboración hombre-máquina. No hay navegante sin barco, ni regata sin reloj. El marinero, su barco y su reloj forman un trío inseparable. “La experiencia se materializa en el conocimiento detallado de todos los sistemas de a bordo”, explica Éric Péron, para quien el único juez de paz sigue siendo el tiempo y la precisión.

Entre su Alpina y él, la relación es estrecha. En la carrera todo está cronometrado. ¿Echar una cabezada? "De 17 a 20 minutos". ¿La resistencia? Imprescindible para el reloj y para su propietario. “Hay que saber poner el cuerpo al servicio del rendimiento”, deja caer el interesado, que no espera menos de sus instrumentos de precisión. Éric Péron debe poder contar con ellos, con su fiabilidad y su robustez, desde el Cabo de Buena Esperanza hasta el Cabo de Hornos, durante semanas. “Me gusta trabajar con este espíritu de confianza”, subraya el navegante.

 

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